Siento, luego pienso…

Tantas veces te tuve frente a mi, delicada, sonriente y enamorada;
Eras el sol en la noche y la luna en el día, todo lo complementabas;
En el desierto eras agua, y eras luz en la penumbra;
Fuiste guerra en mi mente, y paz en mi corazón;
Supiste tomar mi mano, cuando erraba y caía;
Supiste caer, para que te levante;
¿Pero es que acaso son solo recuerdos?
Mi respuesta es no, aún eres todo eso y mucho más;
Sabes estar junto a mi, aún estando lejos;
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Quisiera saber si el cielo se encuentra tan lejano como lo aparenta,
si tan solo pudiera, en tus ojos, mirar nuevamente,
sabría lo que siente el corazón de un hombre al llegar allí,
observar las estrellas y darse cuenta al instante de que todo eso lo ve,
a travez de los ojos de una de ellas…
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E.S. (Zeta)